Entre el 12 y el 16 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antibióticos 2018, un problema que no deja indiferente a la industria acuícola de nuestro país.
En Chile, la reducción en el uso de antibióticos en el cultivo de salmónidos ha mostrado grandes avances, pero sigue siendo tema importante a la hora de comercializar los productos en los distintos mercados internacionales. La necesidad de restaurar la salud de los peces debido a enfermedades específicas de nuestro país, como la Septicemia Rickettsial del Salmón (SRS), ha convertido al salmón chileno en foco de dudas y mitos en torno a este tema, pero también, ha desafiado a la industria a mejorar sus estándares a través de un trabajo que necesariamente requería aunar fuerzas.
Para ello, un grupo de empresas lideradas por Skretting aceptó transformar este desafío en una iniciativa colaborativa que rompiera los paradigmas que hasta ese momento existían en torno al tema, dando una mirada holística al objetivo de reducir el uso de antibióticos en la producción de salmónidos en Chile.
AquaGen/Blue Genomics, Blumar Seafoods, Cermaq Chile, Laboratorio Centrovet, Pharmaq, Ventisqueros y Skretting comenzaron a trabajar en el diseño de estrategias que permitieran avanzar en este desafío, definiendo los más altos estándares y una excelencia operacional en toda la cadena productiva, que por primera vez en Chile unió esfuerzos de actores clave de la industria.
Con la meta del crecimiento sustentable de la industria, el Proyecto Pincoy involucra la investigación, desarrollo y uso de mejores estrategias de vacunación, el uso de peces resistentes genéticamente a enfermedades, el uso de alimentos funcionales, la selección de antibióticos más específicos y efectivos y, ante todo, el uso exhaustivo de buenas prácticas basadas en el bienestar animal, esfuerzo conjunto que se alinea directamente a los objetivos que la OMS estará potenciando durante esta semana.
Hoy en su etapa 2.0, el proyecto busca tener un real efecto en la industria y el mercado final: la meta, es que los consumidores del mundo sepan que el salmón chileno que están comiendo fue cuidado y cultivado bajo óptimas condiciones que lo hacen único, sano y nutritivo. Y todo, gracias al trabajo colaborativo originado a partir del Proyecto Pincoy.