La investigadora de la Universidad Austral de Chile (UACh), sede Puerto Montt, Dra. Sandra Bravo, quien lideró un proyecto FIPA sobre la aplicación de criterios de bienestar animal en la producción de salmónidos en su fase de agua dulce, explica que la importancia de estos indicadores pasa porque “se ha demostrado que un animal cultivado en forma apropiada, considerando sus requerimientos ambientales, biológicos y fisiológicos, estará menos estresado, menos inmunodeprimido y tendrá un mejor desempeño productivo, lo que se traduce en ganancias en términos de disminución de la mortalidad, incremento en peso y mejor conversión del alimento”.
Por la relevancia que supone la adopción de estos indicadores en el cultivo de salmón, uno de los programas que aborda el desafío de disminuir el SRS en la producción nacional de salmones, Proyecto Pincoy, ha venido midiendo estos indicadores desde sus inicios, trabajo que- juntos con otros proyectos, estudios, e investigaciones sobre el tema- se pueden revisar en mayor profundidad en la última edición de revista Salmonexpert.
Protocolo
El coordinador del Proyecto Pincoy, el médico veterinario y doctor en Acuicultura, Alexander Jaramillo, explica que la relevancia de trabajar con estos indicadores para el programa, pasa porque “creemos que establecer y monitorear criterios de bienestar animal acertados y confiables, proveen valiosa información sobre el estado actual de los peces y la calidad del entorno en el que los estamos cultivando. Esta información es de utilidad para tomar mejores decisiones de manejo que nos permitan corregir y prevenir desviaciones, lo cual contribuirá a tener peces más robustos, que respondan mejor a los desafíos sanitarios”.
Para abordar estos indicadores, el proyecto ha establecido un protocolo, luego de que comenzaran a monitorear el bienestar animal en el año 2017 durante la fase de agua mar de los peces, “mientras que este año se logró ampliar el programa de seguimiento de bienestar animal para incluir la fase de agua dulce y monitorear nuestras ovas homocigotas resistentes al SRS”, explica Jaramillo.
Jaramillo puntualiza además que el protocolo evalúa diferentes criterios de bienestar de los peces, incluyendo, por ejemplo, evaluación de lesiones externas, presencia o ausencia de enfermedades y su diagnóstico temprano, comportamiento, monitoreo de calidad de agua, límites de densidad para diferentes etapas del ciclo de vida, entre otros.
Tal es la importancia que este indicador cobra para el Proyecto Pincoy que, en línea con la elaboración de un Manual de Buenas Prácticas de la iniciativa que pretende lanzarse este año, se incluirá un apartado en que se abordará con detalle las mediciones de bienestar animal en peces, tanto para su etapa de agua mar, como de agua dulce.